A cambio, Mozambique empezó a exportar anacardos sin elaborar a la India, de la que se afirmaba que utilizaba mano de obra infantil para descascarillar las nueces.
Los gemelos se quedaron muchas veces en acecho para sorprenderlo, sembrando de cáscara de nuez los corredores todas las noches, con gran molestia de sus padres y criados.