Estando en estas y otras muchas razones, llegó un moro corriendo, y dijo a grandes voces que por las bardas o paredes del jardín habían saltado cuatro turcos, y andaban cogiendo la fruta, aunque no estaba madura.
Aún hay sol en las bardas -dijo don Quijote-; y mientras más fuere entrando en edad Sancho, con la experiencia que dan los años, estará más idóneo y más hábil para ser gobernador que no está agora.
La trastienda era una especie de cobertizo con cuatro pilares de ladrillos, un techo de palmas podridas, y una barda de adobe de un metro de altura por donde se metían en la casa los disturbios de la intemperie.
En la escuela estaba como un poco descuidada tanto así que pues estas grandes pasillos o este grande patio todo al costado alrededor tenía vargas, no bardas, de concreto o bueno, de tabique que es con cemento oscura.