A mí me pasa algo curioso: que tengo complejo de taxista y siempre estoy dando aventón– así le decimos cuando llevas a alguien en tu carro– a personas desconocidas.
Pero si quisiéredes saber para qué las llevo, en la venta que está más arriba de la ermita pienso alojar esta noche; y si es que hacéis este mesmo camino, allí me hallaréis, donde os contaré maravillas.