Pues, estando las cosas así debido a la mala cosecha ese año en Toledo, acordaron en el ayuntamiento y anunciaron con pregón que todos los pobres extranjeros debían salir de la ciudad o serían azotados.
Eslo tanto, que en cuatro años que ha que tiene el cargo de ser nuestro mayor y padre no han padecido sino cuatro en el finibusterrae, y obra de treinta envesados y de sesenta y dos en gurapas.