Eran unos tiburones odiosos, malolientes, comedores de carroñas, así como asesinos, y cuando tenían hambre eran capaces de morder un remo o un timón de barco.
Bueno, con esas 30 madres y nuestros hijos, presentamos un proyecto de ley que busca tener espacios libres en edificios públicos y privados, dignos, sin malos olores, sin gérmenes.
En el camarote sofocante, trastornada por la vibración de las paredes de hierro y por el tufo insoportable del cieno removido por la rueda del buque, Meme perdió la cuenta de los días.