Lo había encontrado por casualidad en una corraleja de ferias peleándose a manos limpias, casi desnudo y sin ninguna protección, contra un toro de lidia.
La razón por la cual no podía andar completamente desnudo era que aguantaba el calor del sol bastante mejor cuando estaba vestido que cuando no lo estaba.
Nuestra única solución fue que, Xavi Jimenez, el director de fotografía, bailaba desnudo a la luz de la luna por la noche para rogarle a los dioses que amaneciera nublado.
Una tarde, cuando él tenía siete años, había entrado de pronto en el cuarto de ella y la había sorprendido desnuda en la cama con uno de sus amantes casuales.
La carátula, yo con el pelo largo por aquí sí, cara antipático, desnudo, cuando podía estar desnudo por supuesto, con una modelo desnuda, abrazado, y el disco se llama sudores.
Su nombre se ha perdido o nunca se supo, pero andaba desnudo por estas calles, o cubierto de harapos, contándose los dedos con el pulgar y haciendo mofa de los árboles.
Así que a partir del segundo día, me iba a la playa con mi libro, la toalla y la crema protectora, pero sin teléfono y sin reloj, sintiéndome un poco desnudo.
Entonces abrió la ventana y la luz metálica de las cuatro se la mostró en carne viva, desnuda y abierta en cruz en el suelo, y envuelta en el fulgor de sus flatos letales.
Hablaron de ellos, de sus vidas distintas, de la casualidad inverosímil de estar desnudos en el camarote oscuro de un buque varado, cuando lo justo era pensar que ya no les quedaba tiempo sino para esperar a la muerte.