Apártese vuesa merced otro poco, y déjeme dar otros mil azotes siquiera; que a dos levadas déstas habremos cumplido con esta partida, y aún nos sobrará ropa.
Ambos les extraña que no haya nadie y luego el joven se da cuenta de que la puerta cede cuando se la zarandea y eso significa que no tiene echada la llave.