Israel cedió en las negociaciones y aceptó devolver el Sinaí a Egipto, a cambio de que Egipto reconociese a Israel, siendo el primer país árabe en hacerlo.
Israel, atacada por los cuatro países árabes, ganó la guerra y llegó a ocupar la península del Sinaí de nuevo, los territorios palestinos de Cisjordania y los altos del Golán que eran sirios.