Esta separación le dolió mucho y quizás para olvidar, se embarcó en un viaje a París, del cual regresó empobrecido de dinero pero enriquecido enemistades literarias importantes.
Era prácticamente imposible que su primo se presentase con casaca escarlata, y hacía ya unas cuantas semanas que no sentían agrado por ningún hombre vestido de otro color.
Dudo mucho que consiga tiempo libre para amoríos extramaritales o, al menos, para tener una amiguita fija y ponerle una villa con piscina en el paseo de las Palmeras.
Se le ofreció el cargo de juez de instrucción y lo aceptó, a pesar de que estaba en otra provincia y le obligaba a abandonar las relaciones que había establecido y establecer otras.
También es un poco más por el hecho que soy una persona que le encanta conocer a gente y me da mucha rabia irme a cualquier sitio y no poder comunicarme con los demás.
Al asumir el cargo de juez de instrucción en una nueva localidad Ivan Ilich hizo nuevas amistades y estableció nuevas relaciones, se instaló de forma diferente de la anterior y cambió perceptiblemente de tono.
Pasó la mayor parte de su vida bajo la autoridad de un padre inculto y avaro; y aunque fue a la universidad, sólo permaneció en ella los cursos meramente necesarios y no adquirió ningún conocimiento verdaderamente útil.