Fue por eso que asedió a Úrsula para que le revelara en qué lugar del patio estaban enterradas las monedas de oro que encontraron dentro del San José de yeso.
Traía ansimesmo unos calzones y polainas de paño pardo, y en la cabeza una montera parda; tenía las polainas levantadas hasta la mitad de la pierna, que, sin duda alguna, de blanco alabastro parecía.
Todo el lujo y el barroquismo de la Mezquita se concentran en la zona de la maksura y el mihrab, destacando el juego de arcos lobulados y entrelazados decorados con ataurique, creando una característica red de rombos.