Una de las excursiones clásicas de Granada es subir hasta la Plaza de San Nicolás, un alucinante balcón donde la Alhambra se muestra en todo su esplendor.
Núñez sabía apreciar la belleza de las cosas, y le pareció que el brillo de los campos nevados y los glaciares que se extendían por todo el valle era lo más hermoso que había visto en su vida.