Estamos viendo aquí, esas columnas de humo y escuchamos las explosiones, ráfagas y disparos de artillería y estamos viendo como sigue la presión de los soldados rusos.
Y los niños del casero, que no tienen Nacimiento, se vienen alrededor de la candela, pobres y tristes, a calentarse las manos arrecidas, y echan en las brasas bellotas y castañas, que revientan, en un tiro.