Ambos tipos de smog irritan los ojos, nariz y garganta, agravan enfermedades como el asma y el enfisema, y aumentan el riesgo de infecciones respiratorias como la bronquitis.
Las enfermedades pulmonares como bronquitis, enfisema y asma reducen las vías por donde circula el oxígeno y a la vez debilitan la membrana que permite el ingreso de oxígeno a la sangre.