Mas cuando me acerqué, vi que traía algo colgando de los hombros, un animal que había cazado, parecido a una liebre pero de otro color y con las patas más largas.
Los otros aprendices, como son mayores que yo, me mortifican, me mandan por vodka a la taberna y me hacen robarle pepinos a la maestra, que, cuando se entera, me sacude el polvo.