Al principio parecía un cometa erizado de furia, pero a medida que la cola se alargaba, se iba transformando en un enorme dragón plateado de diez mil kilómetros de largo.
Un año después Jack el Tacaño estaba en el jardín de su casa cuando la bruja apareció de nuevo, pero esta vez mucho más enfadada, porque no quería que Jack le volviese a engañar.