Y segundo, una persona, tanto lo diga un hombre o una mujer, no puede decirte sin conocerte ningún tipo de piropo por la calle, porque es una falta de respeto.
Sin embargo, era el barrio más alegre, de colores intensos y voces radiantes, y más al atardecer, cuando sacaban las sillas para gozar de la fresca en mitad de la calle.
Billy Sánchez se olvidó entonces del coche, y en presencia de todos, dando gritos de júbilo y echándose puñados de polvo de nieve en la cabeza, se revolcó en mitad de la calle con el abrigo puesto.