Pero cuando un destructor británico llegó al área en busca de prisioneros, se encontró con un sobreviviente inesperado: un gato blanco y negro que se aferraba a una madera flotante.
Considerado un paraíso utópico, la colonia era más bien un campo de prisioneros, y cuando una delegación del Congreso de los Estados Unidos fue a investigarla, Jones ejecutó su plan final.