Pero como se suele señalar, durante la etapa de la conquista hubo un gran desequilibrio entre varones y mujeres que llegaban desde España a radicarse en Colombia.
Con su serenidad habitual, con esa confianza de buen marinero con que decía que antes que él se marearía el mar, se había quitado la camisa para nadar mejor, pero había perdido el salvavidas.