Aquella actitud era completamente distinta de la que venía observando en sus visitas a los ejércitos de los demás países, donde invariablemente los centinelas mantenían la vista fija al frente.
Habían pasado casi una hora en el lugar felizmente ocupadas en visitar la sombrerería de enfrente, en contemplar al centinela de guardia y en aliñar una ensalada de pepino.
Al salir por la puerta del cuartel general de la fuerza espacial y pasar por delante del centinela, a Tyler le llamó la atención la tímida sonrisa con que este lo saludó.