Desde la emblemática cevichería hasta los restaurantes de alta cocina, la comida peruana deleita a los paladares con sus sabores únicos y exquisitas preparaciones.
Esta presión rompe los glóbulos de grasa más grandes en diminutas gotitas, que se distribuyen de manera uniforme para crear un helado suave y esponjoso, digno de deleitar los paladares más exigentes.
No hay papilas gustativas, pero sí envían señales al cerebro que le indican que uno está lleno o que el cuerpo debería producir más insulina para contrarrestar el azúcar extra que estamos comiendo.