Luo Ji había supuesto que habría problemas, por lo que el sí del alcalde le pilló totalmente por sorpresa, dado que eran momentos extraordinarios y ellos no eran nadie.
Si con todo este adorno podía venir entonces hermosa, o no, por las reliquias que le han quedado en tantos trabajos se podrá conjeturar cuál debía de ser en las prosperidades.
Al cabo de tantos aplazamientos, Margarito decidió afrontar las cosas en persona, y llevó a la Secretaría de Estado una carta manuscrita de casi sesenta folios, de la cual no obtuvo respuesta.
Notad cómo el cielo, por desusados y a nosotros encubiertos caminos, me ha puesto a mi verdadero esposo delante; y bien sabéis por mil costosas experiencias que sola la muerte fuera bastante para borrarle de mi memoria.