Y hay una razón más para protegerlos: numerosos estudios psicológicos señalan que quienes son crueles con otras personas, como los asesinos psicópatas, han comenzado siendo crueles con los animales.
Cuando estudié Medicina, me llevaron al manicomio de Ubaté, cerca de Bogotá, y ahí resolví abandonar la Medicina, porque los manicomios en esa época eran zoológicos humanos y vivían sucios y desnudos.