Diana desarrolla una personalidad anal-expulsiva: se vuelve desordenada, desorganizada, desconsiderada con los sentimientos de los demás y rebelde ante la autoridad.
Entre sueños oí marchar a Ramiro sobre las diez, entre sueños oí llegar a Prudencia, la muchacha de servicio que se encargaba de poner orden en nuestro desbarajuste doméstico.
La señorita Josephine Barry, delgada, peripuesta y rígida, estaba tejiendo furiosamente junto al fuego, con su trenza completamente revuelta y los ojos parpadeándole detrás de sus lentes ribeteados de oro.
Era pleno verano, y él llevaba el traje completo de lino blanco de las Antillas, con zapatos combinados en blanco y negro, la margarita en el ojal, y la hermosa cabellera alborotada por el viento.