Entonces sí: los Picapiedra podrían celebrar el solsticio de invierno, que después se convertiría en la fiesta de cumpleaños del fundador de una de las religiones más importantes del mundo.
En esa época fue cuando se construyeron estructuras megalíticas como Stonehenge para marcar eventos astronómicos como el solsticio de invierno, creando así un vínculo entre las actividades terrenales y los ciclos celestiales.
Vimos que había un efecto de luz que se podía observar desde lejos, no dentro de la catedral, salir y ver el cono de luz como se va iluminando alrededor del solsticio de invierno.
La razón por la que lo celebramos en esas fechas es porque coincide con el solsticio de invierno en el hemisferio norte, la fecha en la que los días terminan de encogerse y empiezan a hacerse largos otra vez.