––Eres una chica demasiado sensata, Lizzy, para enamorarte sólo porque se te haya advertido que no lo hicieses; y por eso, me atrevo a hablarte abiertamente.
Ni Collins ni los Lucas podían haber escogido entre el círculo de nuestras amistades un nombre que descubriese mejor que lo que propagan es un infundio.
Lady Catherine se había puesto tan furiosa al recibir la carta de su sobrino, que Charlotte, que de veras se alegraba de la boda, quiso marcharse hasta que la tempestad amainase.
Bien es verdad que lo último, que era lo que más miedo le daba, era lo que con más seguridad podía conseguir, pues los interesados estaban ya muy predispuestos en su favor.
Sucedió, sin embargo, que a un buen amigo le sugirió la manera de doblar el valor de su patrimonio personal de un golpe, y de aumentarlo después a una cantidad indecible.
Me desola encontrarme con una persona tan dispuesta a descubrir mi verdadero modo de ser en un lugar donde yo me había hecho ilusiones de pasar por mejor de lo que soy.