Unos patitos nadaban en el estanque semejantes a una bandada de canarios amarillos, y su madre, toda blanca con patas rojas, esforzábase en enseñarles a hundir la cabeza en el agua.
Sí, eso es precisamente lo que quisiera yo saber -dijo la pata, y nadando hacia el extremo del estanque, hundió su cabeza en el agua para dar buen ejemplo a sus hijos.
No podréis ir nunca a la buena sociedad si no aprendéis a meter la cabeza -les decía. Y les enseñaban de nuevo cómo tenían que hacerlo. Pero los patitos no prestaban ninguna atención a sus lecciones.