Una mano larga y fina y fría como cortapapel de marfil estrechó el favorito en la diestra afiebrada, en tanto el sacerdote leía los latines sacramentales.
Al poco tiempo apareció una nueva locomotora que tenía la punta menos alargada en comparación a las demás, dándole la apariencia de estar recortada o mocha, y esta era mucho más rápida que las demás.