Al llegar al también llamado crisol de subculturas, metaleros, punks, góticos y darks los recibieron con chiflidos, recordatorios familiares y hasta uno que otro botellazo.
Y aunque el emo nunca se convirtió en una subcultura establecida, " oficial" , como las demás… por ese simple hecho de cuestionar esta masculinidad, ya son legendarios.