Algunos árboles (mayormente coníferas de hoja perenne como los pinos o las píceas) usan sólo esta técnica y mantienen sus afiladas hojas descongeladas durante todo el año con un anticongelante super fuerte.
Más allá del puente, la laguna llegaba hasta una arboleda de abetos y arces, reflejando sus sombras cambiantes aquí y allá; un ciruelo silvestre sobresalía del margen, como una niña de puntillas que contemplaba su propia imagen.