Con ese nombre están agrupadas distintas realidades, pero lo que comparten es que el jefe de Estado es justamente un monarca, casi siempre un cargo hereditario y vitalicio.
Es decir, primero se sostiene que no hay ninguna diferencia por nacimiento, pero luego se afirma que el rey, que es un cargo hereditario, no está sujeto a responsabilidad.
A la mano de Dios -dijo don Quijote-; pues así es que una señora se me humilla, no quiero yo perder la ocasión de levantalla y ponella en su heredado trono.
Aún no había hablado su majestad y ya me había yo dado cuenta de que estaba tratando con Wilhelm Gottsreich Sigismond von Ormstein, gran duque de Cassel Felstein y rey hereditario de Bohemia.