Sin embargo, la primera visita que recibió Bernat cuando todavía no había enterrado al difunto fue la del alguacil del señor de Navarcles, su señor feudal.
Su preocupación por Jane era evidente, y las atenciones que tenía con Elizabeth eran lo que evitaba que se sintiese como una intrusa, que era como los demás la consideraban.
Aquella fase fue la peor: la más agresiva, la más tormentosa. La que más dolió. Y aunque no podría calcular cuánto duró, sí sé con plena seguridad que fue una llegada inesperada la que logró ponerle fin.