El huracán Katrina es un sombrío recordatorio de la vulnerabilidad cada vez mayor del medio ambiente mundial, en que la naturaleza no respeta frontera alguna.
Durante mucho tiempo, cada banco imprimía sus propios billetes, pero el asunto se complicaba muchísimo: podía ser que unos bancos no aceptaran el dinero de otros o que no estuvieran de acuerdo con el valor.